lunes, 25 de enero de 2010

Mi cuarta obra de teatro escolar

“La estación mágica”


Autor: Walton Beltrán Uyevic

PERSONAJES: Don Juan, el jefe de la Estación Ferroviaria.
Don Luis, un portaequipaje.
Doña Isabel, una vendedora de pasteles (“palomita”).
Supervisor 1, jefe de inspección.
Supervisor 2, subjefe de inspección.
Diversos pasajeros y pasajeras, que son sílabas.

ESCENOGRAFÍA: La escenografía muestra un andén de estación ferroviaria. En el fondo se aprecian algunas oficinas, boleterías, restaurante, custodia de equipajes y kiosco de diarios y revistas, además de algunos pasajeros. El plano medio del escenario está cruzado por una línea férrea y en el primer plano el terraplén de un andén.




Escena 1

(En el andén de una estación ferroviaria, se encuentra el Jefe de Estación y el Portaequipaje, que concurre a su primer día de trabajo. También camina una “Palomita”, vendiendo sus tradicionales productos).

Don Luis: ¡Buenos días, don Juan!, ¿Tan temprano y usted por aquí?

Don Juan: ¡Buenos días!... ya ve, pues, el deber me llama, como Jefe de la Estación tengo que estar temprano, porque el primer tren llega a las 7 de la mañana.

Don Luis: Este es mi primer día de trabajo en esta estación, que es la más rara de todas las que conozco, le voy a decir...
Don Juan: Es que esta estación es mágica. Aquí todos los pasajeros y pasajeras son sílabas y como usted sabe las sílabas forman palabras.

Don Luis: Nooo, yo no entiendo mucho de eso, porque no sé qué son las sílabas...

Don Juan: Yo me acuerdo clarito cuando mi profesora de segundo básico me enseñó que la sílaba (con aire docto) es una letra o un conjunto de letras que se pronuncian de una sola vez.

Don Luis: (poniendo cara de intrigado) ¿Quéeeeeeee?

Don Juan: (nuevamente con aire docto, repite) es una letra o un conjunto de letras que se pronuncian de una sola vez.

Doña Isabel: (Entrando desde un extremo de la estación) Chi - le - ni - tooooos, ven - do, chi - le - ni -toooos.

Don Juan: Eso que viene gritando doña Isabel son sílabas.

Don Luis: O sea, que las sílabas son pasteles....

Don Juan: No pues, lo que le quiero decir es que la forma como doña Isabel viene gritando sus productos, es separando las palabras en sílabas, las que pronuncia de una sola vez.

Doña Isabel: (Todavía lejos) Chiiii - leeee - niiii -toooos, veeeen - dooo, chiii - leeee - niiii - toooos.

Don Luis: Ahora caigo, o sea que la palabra (mientras cuenta con los dedos cada sílaba) “chiii-leee-niii-tooos” tiene cuatro sílabas (mostrando los cuatro dedos).

Don Juan: Muy bien don Luis, veo que aprende rápido...

Don Luis: Oiga y ¿por qué en esta estación los pasajeros o pasajeras, mejor dicho, son sílabas?

Don Juan: Es que ésta es la última estación antes de llegar al diccionario, donde quedan almacenadas las palabras para siempre, para ser consultadas cuando cualquier persona tenga dudas. Entonces aquí tenemos que fijarnos bien que se vayan bien ordenaditas.

Don Luis: Y ¿cuál se supone que es mi pega?

Don Juan: Usted es el portaequipaje pues, y tiene que entregarle el equipaje que llevan algunas sílabas.

(Doña Isabel se acerca y comienza a escuchar la conversación)

Don Luis: ¿Equipaje?, ¿Cuál equipaje?

Don Juan: Sí, y el equipaje que llevan algunas sílabas...., sólo algunas, se llaman tildes.

Don Luis: ¿Tildes?

Don Juan: Sí, es una rayita que se pone sobre la vocal de la sílaba que se pronuncia más fuerte.

Doña Isabel: Ese es el acento, pues, cualquiera sabe eso...

Don Juan: Permítame decirle doña Isabel que usted está equivocada. El acento y la tilde son distintos. El acento es un golpe de voz y la tilde es una rayita que se dibuja sobre la vocal de una sílaba, para mostrar cuál es la sílaba que se pronuncia más fuerte dentro de una palabra.

Don Luis: Ya me di cuenta que acento y tilde, entonces, no son lo mismo...


(se cierra el telón)


Escena 2

(Antes de que se abra el telón, se ubica en el andén un tren, con un total de cuatro vagones, cada uno de los cuales irá recibiendo a un pasajero o pasajera).

Don Juan: (gritando en todas direcciones) Pasajeros a bor - doooo. El tren está listo para partiiiir...

(Cuatro sílabas se despiden de familiares y ocupan sus respectivos vagones. Doña Isabel les ofrece sus productos a los viajeros).

Don Luis: (Lamentándose) ¡¡Diablos...!!, este es mi primer día de trabajo en esta estación y ya se me olvidó a qué pasajero o pasajera (lo muestra al público) debo entregarle este equipaje llamado tilde.

Don Juan: ¿Algún problemita don Luis?

Don Luis: Si pues, imagínese que me descuidé, se me subieron todos los pasajeros y pasajeras al tren y me quedé con este equipaje llamado tilde, y no sé de quién es...

Don Juan: Entonces estamos en un serio problema, porque el tren está por partir y las palabras no pueden llegar mal escritas al diccionario.

Don Luis: ¡Oh! ¿Y ahora quién podrá ayudarme? (Deja pasar algunos momentos, mirando a ambos lados del andén) ¡Oh, ¿Y ahora quién podrá ayudarme?

Doña Isabel: Si me permite, yo podría...

Don Luis: ¿Usted?, ¿Está segura?, ¿Usted sabe de estas cosas?

Doña Isabel: En realidad, no soy profesora, soy una modesta “Palomita” que vende pasteles, pero me acuerdo de cuando iba a la escuela, que nuestro profesor nos enseñó unas reglas para saber ponerle las tildes a las palabras...

Don Luis: (Con aire de desesperación y súplica) Sí, sí... pero ayúdeme ahora, que es urgente, porque el tren ya se va...

Doña Isabel: (Tomando el paquete, le pregunta a cada uno de los pasajeros partiendo por el primer carro hacia el último) Buenas tardes, usted ¿cómo se llama?

Pasajera/o 1: Yo me llamo “Cons”.

Doña Isabel: (se dirige al segundo carro) Buenas tardes, usted ¿cómo se llama?

Pasajera/o 2: Yo me llamo “ti”

Doña Isabel: (se dirige al tercero) Buenas tardes, usted ¿cómo se llama?

Pasajera/o 3: Yo me llamo “tu”

Doña Isabel: (se dirige al último carro) ¿Y usted, el del último vagón, cómo se llama?

Pasajera/o 4: Yo me llamo “ción”.

Doña Isabel: Oiga, entonces tome, éste es su equipaje...

Pasajera/o 4: Es verdad, ya se me olvidaba y este equipaje es muy importante para mí. Si no lo llevo capaz que no me admitan en el diccionario. Muchas gracias...

Don Juan: (Con un grito largo) Se vaaaaaa el treeeeeen... (El tren comienza a desaparecer por un extremo del andén).

Don Luis: (Dirigiéndose a Doña Isabel) ¿Cómo lo supo, cómo lo supo?

Doña Isabel: Fácil don Luis, porque el pasajero del último carro era el que llevaba más peso en la pronunciación, era la que se pronunciaba más fuerte y además era una sílaba que terminaba en la consonante “N”, por lo tanto, era la que llevaba el equipaje.

Don Luis: No entiendo mucho, pero me he dado cuenta de que hay muchos trenes que llevan el pasajero más pesado en el último carro.

Doña Isabel: Bueno... esos trenes siempre se llaman “agudos” y cuando el último pasajero termina en “ENE”, en “ESE” o en una “Vocal”, siempre lleva el equipaje.

Don Luis: Ah, así como en (contando cada sílaba con los dedos) “in – va – sor”, que termina fuerte en el último carro.

Doña Isabel: Pero, ¡no pues!, Don Luis, no ve que “in – va – sor” termina con erre. Le dije y apréndaselo muy bien, solamente llevan equipaje en el último carro cuando terminan con “ENE”…

Don Luis: (interrumpe) Como en la palabra (contando con los dedos) “ca – ñón”.

Doña Isabel: Ahí sí, pues Don Luis. Y cuando terminan en “S”…

Don Luis: (interrumpiendo, pero sintiéndose más seguro y contando con los dedos) Como en la palabra “can – ción”.

Doña Isabel: (enojándose) Con “S” le dije…

Don Luis: Oh, perdón, como en (siempre contando) “a – pren – de – rás”.

Doña Isabel: Bien, y por último, cuando termina en alguna “vocal”.

Don Luis: (demostrando completo dominio y haciendo gestos amanerados al contar cada sílaba) Como en “co – li – brí”.

Doña Isabel: Ve que aprendió, ahora ya puede realizar su trabajo (se retira del escenario por un costado).

Don Luis: Muchas gracias Doña Isabelita, (aparte) y ahora que vengan no más estos trencitos… (y se va repitiendo y moviéndose exageradamente) “ca – ñón”, “a – pren – de – rás”, “co – li – brí”.

(se cierra el telón)


Escena 3

(Antes de que se abra el telón, se ubica en el andén un tren, con un total de tres vagones, cada uno de los cuales irá recibiendo a un pasajero o pasajera. Los pasajeros se pasean por el andén y se despiden con abrazos y pañuelos).

Don Luis: (“canchero” y dirigiéndose al público) Chiiisss, está pega es papita. Mientras ustedes se descuidaron, llegaron dos trenes más. El tren (contando con los dedos) “mo – ni – tor”, pero ese no llevaba equipaje…, no ven que terminaba en “ERRE”, y después llegó el tren (con los dedos) “re – ve – la – ción” y a ese sí que le puse el equipaje en el último carro. Así que ahora, vamos a ver éste, que llegó hace unos minutos.

Doña Isabel: (a los lejos) “Chiii – leee – niiii – tooos, veeen – dooo”.

Don Luis: (todo canchero) Usted, ¿Cómo se llama?

Pasajera/o 1: ¿Yo?, yo me llamo “Di”

Don Luis: (caminando hacia el siguiente vagón) y usted, ¿Cuál es su nombre?

Pasajera/o 2: Mi nombre es “fí”.

Don Luis: (caminando hacia el último vagón) y usted, ¿Cómo se llama?

Pasajera/o 3: Mi nombre es “cil”.

Don Luis: (mientras cuenta con sus dedos) “Di”, “fí”, “cil”. ¿Difícil?, Oh, oh, esto sí que está peludo. Difícil, difícil… si ni siquiera termina fuerte en el último vagón, (dirigiéndose al público) el problema es que yo aprendí solamente a entregarle el equipaje al último pasajero, cuando la palabra es “aguda” y termina con “ENE”, con “S” o con “Vocal” (pone cara de acongojado).

Doña Isabel: (acercándose) ¿Algún problemita Don Luis?, usted no tiene buena cara.

Don Luis: (mirando a ambos lados, para evitar que el jefe de estación se entere) Resulta Doña Isabelita, que me llegó un tren con tres vagones, (como contando una infidelidad)… pero resulta que su último pasajero no es el más fuerte, sino el penúltimo.

Doña Isabel: ¿El penúltimo?

Don Luis: El penúltimo, sí, el penúltimo.

Doña Isabel: ¿Y cómo se llama el último pasajero?

Don Luis: Esteeeee, (rascándose la cabeza) a ver, se llama “cil”. El tren completo se llama (contando con los dedos) “Di – fí – cil”.

Don Juan: (desde un extremo de la Estación) “Vaaaa – moooo – noooos, se va el treeen” (el tren comienza a irse poco a poco).

Doña Isabel: (arrebatándole el equipaje a Don Luis y dirigiéndose al penúltimo pasajero) ¡¡oiga, tome, tome, este equipaje es suyo!!

Pasajera/o 2: Muchas gracias, es usted muy amable, gracias, gracias…

Don Luis: Muchas gracias otra vez Doña Isabelita, pero ¿cómo lo supo?

Doña Isabel: Fácil, pues, don Luis. Todas las palabras que se pronuncian más fuerte en la penúltima sílaba se llaman palabras graves. Y las palabras graves llevan tilde solamente cuando no terminan en “ENE”, en “ESE” o en “Vocal”.

Don Luis: ¿Todo lo contrario que las agudas?

Doña Isabel: Claro, las agudas llevan tilde cuando TERMINAN en “ENE, “ESE” o “Vocal” y las graves llevan tilde cuando NO TERMINAN en “ENE, “ESE” o “Vocal”.

Don Luis: (sorprendido y mirando al público) Michhh…

Don Juan: (acercándose muy serio) ¿Algún problemita, por aquí?

Don Luis: No, no… ¿cierto que ningún problema Doña Isabelita?

Doña Isabel: (sólo levanta los hombros y se hace la desentendida).

Don Juan: Qué raro, mire que me pareció que el último equipaje fue entregado un poquito tarde, eh…

Don Luis: No, pues, imaginación suya no más, pues don Juan, todo controlado.

Don Juan: Muy bien, entonces, continúe con su trabajo, pero recuerde que lo estoy supervisando…

Don Luis: (dirigiéndose a Doña Isabel) Oiga Chabelita, de la que nos escapamos…

Doña Isabel: (sorprendida y recriminándolo) Mírenlo, bien patudito el hombrecito, ehh. Primero me intenta hacer mentir, después me dice “Chabelita” y después me dice: ¿de la que “NOS” escapamos? Mire, el problema es suyo, el muy patudo, así es que vamos a ver cómo se las arregla de ahora en adelante. (alejándose) Me parece que a alguien lo van a despedir del trabajo…

Don Luis: Oiga, pero…, oiga, discúlpeme, si no era por ser roto ni pasa’o pa’ la punta. Si era por puro cariño no más.

Doña Isabel: Mmhh, ¡Váyase con cuidadito conmigo, porque yo soy UNA DAMA! (se aleja del andén).

Don Luis: (guiñando el ojo y dirigiéndose al público) Igual está harto linda… (suspira) parece que me estoy enamorando… (dirigiéndose a la “Palomita”) Espéreme Doña Isabelita, necesito que me enseñe a pasar el equipaje en los trenes que son palabras graves. Enséñeme las graves, Isabelita…, Isabelita… enséñeme las graves que me lo explicó muy rápido...

(se cierra el telón)

Don Luis: (asomándose por entre el telón y dirigiéndose al público) Oigan, ¿alguno de ustedes sabe como se tildan las graves? (espera respuestas) No po’h, levantando la manito pues, que así no se entiende nada. (escucha varias opiniones) Mehh, parece que ustedes no saben nada, (guiñando un ojo al público) mejor me voy a preguntarle a mi Chabelita.

(desaparece detrás del telón)


Escena 4

(Llegan dos supervisores, vestidos de traje oscuro. Uno de ellos lleva un maletín y el otro una carpeta en la que está escribiendo observaciones que hace el primero acerca de la estación. La “Palomita” se encuentra a un costado del andén, mientras que Don Luis, se ubica en el otro extremo y está barriendo)

Supervisor 1: (dirigiéndose al Nº 2) Andén bastante limpio y ordenado.

Supervisor 2: (anotando en su carpeta) Andén bastante limpio y ordenado.

Supervisor 1: (dirigiéndose al Nº 2) Papeleros suficientes.

Supervisor 2: (anotando en su carpeta) Papeleros suficientes.

Supervisor 1: (acercándose a Don Luis) Buenos días, ¿Usted qué hace aquí?

Don Luis: Mehh, la preguntita, estoy barriendo, pues ¿acaso no me está viendo?

Supervisor 1: No pues hombre, me refiero a cuál es su función en esta estación.

Don Luis: (dirigiéndose al público) Función, Estación, este habla con puras palabras agudas.

Supervisor 1: ¿Cómo dice, hombre?

Don Luis: Na’, que yo soy el portaequipajes.

Supervisor 2: Para que usted sepa nosotros somos los supervisores de la Empresa de Ferrocarriles. Andamos supervisando que todos sepan hacer su trabajo o si no se van despedidos.

Don Luis: (dirigiéndose al público) ¡Ahh, miércoles, hasta aquí no más llegaste poh Luchito…

Supervisor 1: Bueno, bueno, no perdamos más el tiempo. Respóndame claramente. Si le llega un tren que se llama “Co – li – flor”, le entrega o no le entrega equipaje.

Don Luis: Esteee, esteee (moviendo las manos nerviosamente).

Supervisor 2: Bueno, ¿sabe o no sabe?

Don Luis: Chíiiis, si esa es muy fáaaacil, poh. Mire (contando con los dedos) “Co – li – flor”, el pasajero que se pronuncia más fuerte está en el último carro, por lo tanto es un tren agudo y como el último pasajero termina con “ERRE”, (haciéndose el suficiente) ¡Ni jodiendo le entrego un equipaje, porque no necesita!, No ve que solamente llevan equipaje si terminan en “ENE”, “ESE” o “Vocal”.

Supervisor 1: Bien, bien, ¿y si el tren se llama “Co – rre - rás”?

Don Luis: Saaahh, pero ¿cómo tan fáaacil? A ese sí que le entrego el equipaje, no ve que también es un tren agudo, y termina en “ESE”. Tírese otra, poh, tírese otra, pero un poquito más difícil, (haciendo gestos de suficiencia) usted sabe…

(Doña Isabel se ha acercado lo suficiente y comienza a estirar la oreja para escuchar, pone cara de preocupada. Queda a las espaldas de los supervisores).

Supervisor 1: ¿Y si el tren se llama “Do – min – go”?

Don Luis: (haciendo gestos de enfado y contando con los dedos) “Do – min – go” tiene el pasajero más fuerte en el penúltimo carro, o sea que es un tren grave, y termina con “Vocal”, o sea que no le entrego equipaje, porque las agudas terminadas en vocal llevan equipaje, pero las graves terminadas en vocal no llevan equipaje.

Doña Isabel: (sólo le hace un gesto de aprobación, con su pulgar hacia arriba, sin que la vean los supervisores).

Supervisor 2: ¿Y si el tren se llama “Bo – lí – var”?

Don Luis: Meehh, pero ¿por qué tan fáciles las preguntitas?, si el tren se llama (contando con los dedos) “Bo – lí – var” el pasajero más fuerte es el penúltimo, por lo tanto es un tren grave… y termina con “ERRE”. Ahh, a ese sí le entrego el equipaje, no ve que solamente no llevan equipaje las graves que terminan en “ENE, “ESE” o “Vocal”. Terminando en cualquier otra letra, lo trenes graves llevan todos equipaje.

Doña Isabel: (nuevamente le hace un gesto con el pulgar hacia arriba).

Supervisor 1: ¿Y si el tren se llama “Ma – te – má – ti – cas”.

Don Luis: Psss, (contando con los dedos) “Ma – te – má – ti – cas”, (repite poniendo cara de sorprendido) “Ma – te – má – ti – cas”. (Dirigiéndose al público) Oh, oh, el pasajero más fuerte está ubicado en el antepenúltimo carro, oh, oh. (haciendo “pucheritos”) Hasta aquí no más llegaste Luchito…

Doña Isabel: (haciéndole musarañas para que la mire Don Luis) Esa es una palabra “Esdrújula” y todas llevan equipaje.

Don Luis: (haciéndole gestos de que no escucha bien)

Doña Isabel: Es “Esdrújula”.

Supervisor 1: ¿y bien…?

Don Luis: Es “Estrújala.

Supervisor 2: ¿Quéeee?

Doña Isabel: La palabra es “Esdrújula”.

Don Luis: Es una brújula.

Supervisor 2: (elevando el tono) ¿Quéeee?

Doña Isabel: (separando las sílabas) Es – drú – ju – las.

Don Luis: (se da por derrotado) Está bien, debo reconocerlo. No sé qué hacer en este caso.

Supervisor 2: Jah, otro inútil que sorprendemos. Nuestra empresa debe deshacerse de todos estos inoperantes…

Don Luis: (completamente abatido), Puchas, lo estaba haciendo re bien, pero estas palabras brújulas nunca las había visto…

Supervisor 1: Lo siento mucho, pero no aceptamos excusas. Se me va, inmediatamente.

Don Luis: (agacha su cabeza y se va arrastrando su escoba hasta un extremo del andén donde hay un banco en el cual se sienta).

Doña Isabel: Oiga, disculpe que me meta, pero, si no hay mayor problema, mire, Don Luis ya sabe entregarle equipaje a los trenes “Agudos” y a los “Graves” y eso es lo verdaderamente importante, porque las esdrújulas y las sobre-esdrújulas llevan tilde siempre, así es que no hay ni siquiera qué pensar. Las esdrújulas y las sobre esdrújulas llevan tilde siempre y Don Luis ya sabe reconocer las graves y las agudas, por lo que de ahora en adelante, Don Luis ya sabe entregar todos los equipajes.

Supervisor 1: No sé, no estoy convencido…

Doña Isabel: (corriendo hacia donde Don Luis) Oiga luchito, luchiiitooo, no está todo perdido, Mire, usted ya sabe entregar los equipajes a las agudas y a las graves. También sabe reconocerlas, entonces también sabe cuáles son las esdrújulas y las sobreesdrújulas, porque esas no son ni graves ni agudas ¿verdad?

Don Luis: No sé…, yo soy muy malo para estas cosas.

Doña Isabel: ¡No señor!, ¡no se me eche a morir por un simple error, que un error lo comete cualquiera! Lo importante es aprender de los errores. Mire si usted ya sabe las agudas, y si ya sabe las graves, las esdrújulas y las sobre esdrújulas son todas aquellas que llevan el acento en otro lado y todas ellas llevan equipaje. No importa en qué letra terminen, TODAS llevan tilde, ¿vio que es fácil?

Don Luis: ¿En serio…?

Doña Isabel: Sí, y ahora vaya allá y dígales que le hagan cualquier otra pregunta, porque ya sabe.

Don Luis: Oigan, caballeros, me podrían dar una última oportunidad, que yo ya aprendí…

Supervisor 2: No señor, se va no más, mire que no queremos tener incompetentes en nuestra empresa.

Supervisor 1: A ver, a ver… ¿por qué tan drástico?, ¿no recuerda usted que hace dos años tuve que darle más de una oportunidad para que conservara el trabajo?, ¿parece que tenemos muy mala memoria, eehhh?

Supervisor 2: (agacha solamente la cabeza, avergonzado)

Supervisor 1: (dirigiéndose a Don Luis) A ver, buen hombre, le voy a hacer la última pregunta…

Don Luis: (muy humilde) Diga no más, su Mercé…

Supervisor 1: Si llegara un tren que se llame “Obs – tá – cu – lo”…¿qué haría usted?

Don Luis: (contando en silencio y con los dedos en la espalda, para que lo vea solamente el público) (repite el gesto) Ahhh, esa es una palabra estrujada y yo le entregaría el equipaje, porque todas las palabras estrujadas llevan equipaje…

Supervisor 1: ¿Estrujada ehhh?, Buehh, está bien, a pesar que no sabe decir “Esdrújula”, pero con esto nos hemos asegurado que todas las palabras van a llegar bien escritas al diccionario…

Don Luis: ¿y…?

Supervisor 1: ¿Y qué está haciendo aquí que no se va a trabajar? (sonríe)

(los supervisores se retiran)

Don Luis: (alegre, acercándose a la “Palomita”) Oiga Chabelita, me dejaron en el puesto, conservé el trabajo.

Doña Isabelita: No ve don Luchito que yo sabía que usted podía aprender… (se retira de escenario).

Don Luis: (apoyado en su escoba en medio del escenario, hincha su pecho de satisfacción. Al cabo de unos segundos y dirigiéndose al público) ¿Me dijo Don Luchito, Don Luchito?... (se retira también) Oiga, Chabelita, mi Chabelita…



(se cierra el telón)

FIN

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